lunes, diciembre 10, 2007

En la estación.

Había más espacio al fondo de la cafetería, pero me senté a tu lado. Un café antes de coger el autobús. Tengo tiempo y gracias a Dios he traído la radio. Las esperas sin lectura se me hacen desesperantes y me han cerrado el quiosco de la estación en las narices. Me quito un auricular para pedir el cortado, y me dejo quitado el del oido de tu lado para escuchar tu silencio.
Me gusta tu abrigo, te queda bien. Miro de reojo tu perfil. Una cara de rasgos finos, gafas y una graciosa coleta que recoge un precioso pelo negro.
Soy persona discreta. No abarco más de ti. Miradas furtivas que te vigilan de vez en cuando. Pero hay un ángulo que domino y disfruto durante apenas un par de minutos. Mantienes la mano derecha rodeando la taza, ya vacía, sobre la barra. Apenas te mueves. Uñas cuidadas, dedos largos y finos. Imito tu geso en mi vaso. Está muy caliente todavía.
Se acabó, te levantas y te vas. Te sigo con la mirada. Abres y cierras la puerta. No te vuelves. Ya no estás.

6 comentarios:

Ana dijo...

Historia de amor, mi sostenido, piano y brevissimo.

Nunca sabe uno si es mejor así, o asá, o...

Lo que sí que es estupendo es volver a leerte, DODIGO.
Un beso grande, y ánimo, que han sido siete meses de sequía!!

Rodrigo Rincón dijo...

Casi mejor asá que así...
Si, creo que la sequía a terminado. Abramos las compuertas.
Gracias por pasarte. Te perdono Roma.

Rodrigo Rincón dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
M dijo...

Rodrigo, no te digo yo que un lanzarte en plancha....

pero un algo, un por si acaso te va bien, te pilla con ganas o estar por querer....

B x C

Rodrigo Rincón dijo...

Gracias madre. Su caridad no me afea el haber puesto "ha terminado" sin hache. Está claro que no debo lanzarme en plancha ni para escribir... humildad ante todo.

Ana dijo...

Como que no???
Hay que lanzarse en plancha por lo menos una vez en la vida, pordiós!!

Esta vez ya no, pero el próximo día que te la encuentres, sin mediar palabra, le arreas un piropo y le besas la mano.
De ahí al altar, un peldaño.

Ahora bien... no te arriendo la ganancia, y de eso tu madre adoptiva y servidora te podemos dar un par de lecciones.

Mejor dejamos el altar y pasamos directamente a consumar, eh?

Un beso :P